by Javier Laguna
Habían pasado ya bastantes años desde aquel lejano 1925 cuando madrileños y catalanes volvieron a enfrentarse en otra eliminatoria a doble partido. Fue de nuevo en el Campeonato de España, en la Copa de la temporada 1947/48.
El Atlético ese año había disputado la Liga al Valencia y al Barcelona casi hasta el final, pero el título viajó finalmente a la Ciudad Condal. Sin embargo durante esa temporada el Atlético de Madrid había formado una delantera de excepción: Juncosa, Vidal, Silva, Campos y Escudero. «La delantera de seda».
Justo antes de comenzar la Copa se produce el relevo en el banquillo madrileño. Emilio Vidal deja su puesto al técnico argentino Lino Taioli, que hace su debut precisamente en el partido de ida contra el Barça en los octavos de final de la Copa.
En un inicio fulgurante de toda la delantera rojiblanca, primero Vidal en excelente jugada individual y después una pared Escudero – Campos culminada por el primero suben dos goles al marcador del Metropolitano y tan solo han transcurrido quince minutos de juego. Desconcertado por completo, el Barcelona se ve obligado a partir de ese momento a cerrar sus líneas. La velocidad es la principal arma de los jugadores colchoneros y pese al fuerte viento reinante la precisión en sus combinaciones les permite dominar muy claramente todo el primer tiempo. Aunque el ritmo decrece en el segundo, continúa el dominio local pero no llegan más goles y el partido finaliza con ese 2-0 en una gran tarde de juego de todo el equipo rojiblanco.
El reciente campeón de Liga, sin embargo, afronta el partido de vuelta, siete días después, con serias esperanzas de remontar la eliminatoria. El Atlético se presentaba con la baja de uno de sus mejores elementos en la ida, Escudero, lesionado en el partido internacional amistoso, jugado el jueves anterior en Madrid, contra el Stade Français donde brillaba entonces un delantero marroquí que pronto haría historia vestido de rojiblanco: Ben Barek.
Pero en una tarde lluviosa en Las Corts, los hermanos Gonzalvo, Basora, César y demás compañeros no lograron perforar la portería madrileña defendida por Saso, pese a su pertinaz dominio durante casi todo el partido. Taioli hace un planteamiento totalmente distinto al del Metropolitano, mucho más defensivo retrasando las posiciones de medios e interiores, y corta todo el juego atacante del Barcelona con un marcaje hombre a hombre en el que sobresalen Aparicio y Campos, aún a costa de no crear apenas peligro en la portería azulgrana en todo el encuentro. Lo pesado del terreno no favorece el juego del Barcelona que cuenta con un remate de César al larguero como mejor ocasión de gol. A cuatro minutos para acabar el partido Basabe se encara con el árbitro tras señalarle este una falta y el colegiado decreta la expulsión del extremo atlético, pero la eliminatoria para entonces ya está sentenciada.
El campeón liguero quedaba así apeado de la Copa por el Atlético.
Octavos de Final Copa – ida (2/5/1948) Metropolitano (Madrid)
At. Madrid 2 – Barcelona 0
At. Madrid: Saso; Riera, Aparicio, Farias; Cuenca, Mencía; Juncosa, Vidal, Silva, Campos, Escudero.
Barcelona: Velasco; Elías, Curta, Gonzalvo III; Calvet, Gonzalvo II; Basora, Seguer, César, Badenes, Valle.
Goles: 1-0 (2′) Vidal, 2-0 (15′) Escudero
Octavos de Final Copa – vuelta (9/5/1948) Las Corts (Barcelona)
Barcelona 0 – At. Madrid 0
Barcelona: Velasco; Elías, Curta, Gonzalvo III; Calvet, Gonzalvo II; Basora, Seguer, César, Escolá, Sagrera.
At. Madrid: Saso; Riera, Aparicio, Arnáu; Farias, Mencía; Juncosa, Vidal, Silva, Campos, Basabe.