by Juan Pedro Valentín
Conozco amigos que van a viajar a Milán desde Madrid, vía Copenhague. Otros que han salido ayer en coche para dormir en Girona y recoger a su hijo en Marsella, que viene de Londres. Una amiga desde Sidney me dice que al final no se va a poder acercar a Milán. Dos queridos amigos con la entrada ya comprada han tenido que desistir por motivos económicos. Yo saldré de casa mañana a las cuatro de la mañana y volveré 24 horas más tarde todavía con las pulsaciones alteradas. Da igual donde estemos y cómo lleguemos. Estaremos juntos, luchando como hermanos.
¿Estamos locos? Sí. Nuestra locura debería de estar diagnosticada en los libros de medicina. Yo creo que viene provocada por una bendita alteración genética que se produce antes de nacer. Somos del Atleti. Eso hace que todos sintamos lo mismo al cantar nuestros himnos una y otra vez. Basta una mirada para entendernos entre nosotros. Si no disfrutas de nuestra locura, lo siento por ti. No lo puedes entender.
La vida no nos ha tratado bien. Tal vez porque nunca lo hemos tenido fácil. Elegimos el camino difícil. Siempre ha habido alguno más mimado que nosotros, siempre alguno que tuvo más, que a menudo nos miró por encima del hombro… La nuestra ha sido una historia plagada de triunfos pero nos hemos llevado revolcones épicos. Cualquier otro hubiera ya muerto varias veces. Nosotros nos levantamos, nos limpiamos la camiseta y seguimos. Con coraje y corazón.
Por eso, ahora todos tenemos una cita en Milán. Porque no nos rendimos por muy cruel que sea el destino con nosotros. Porque sabemos esperar, sabemos sufrir y sabemos disfrutar. Porque tenemos fe. Porque si se cree y se trabaja, sabemos ya que se puede. Y porque sabemos ganar. A todos. Incluidos nuestros fantasmas. Por eso vamos a Milán. Porque el Atleti es un equipo campeón y los mejores porque sí.