Durante el día de ayer la UEFA dio todo tipo de explicaciones, sacó videos 16 horas más tarde explicando que había habido doble toque de Julián Alvarez y hasta se nos comunicó que era el VAR quien había llamado al árbitro.
Pero para sorpresa de todos hoy es el propio árbitro quien dice que se lo comunica al VAR. En otras palabras, desmiente a la UEFA, e incumple el protocolo VAR, lo que pone en entredicho la legalidad de la decisión adoptada al anular el gol.
¿Fue el VAR o fue el árbitro quien vio ese doble toque? ¿O no lo vio ninguno? El reglamento en su norma 14 indica que el balón estará en juego en el momento en que se golpee y se desplace con claridad, algo que ni el propio video aportado por la UEFA demuestra que ocurre ante el supuesto toque con la pierna de apoyo de Julián Alvarez.
Todo el proceso es de una sorprendente arbitrariedad marcada por una rapidez inaudita, al decidir, en apenas treinta segundos, sancionar un supuesto doble toque sin que en ningún momento el árbitro decidiera revisar las imágenes que reflejaban esa supuesta infracción. Hasta la propia UEFA se plantea ahora eliminar esta norma.
Crece nuestra inquietud al comprobar que, una vez más, los medios de comunicación de Madrid se adhieran a cualquier justificación en favor del otro club de la ciudad, como si siempre el Atleti fuera el equipo extranjero al que se le puede ningunear e incluso intentar ridiculizar sin atender a sus justas razones. Las argumentaciones que hemos tenido que leer y escuchar nos sonrojan una vez más y son un menosprecio a los cientos de miles de aficionados rojiblancos que tenemos la sensación de ser siempre tratados injustamente por los medios de comunicación madrileños.
Por todo lo anterior, Los 50 entienden que el club Atlético de Madrid debe de explorar todas las posibilidades legales en defensa de sus intereses y de los de cientos de miles de seguidores, ante una decisión que invalidó un gol, no habiéndose demostrado que la jugada analizada incumpla las normas del juego, y que además parece que dicha decisión, que entendemos injustificada y errónea, no siguió el protocolo establecido para la misma.