by Manuel Grandes @MGrandesh
Nuestra fe no conoce fronteras.
Y así, como si de antiguos cruzados se tratara, partimos rumbo a Israel el pasado 1 de junio para, animados por nuestra convicción atlética, hacer llegar a los aficionados de Tel Aviv (Colina de la eterna primavera) la exposición “Tetuán a rayas”. Y lo hicimos como colofón a la gira que iniciamos en abril de 2015 en Madrid, que nos llevó posteriormente a Tánger, Tetuán y Ceuta y que, en unos días, acabará su recorrido en Jerusalén.
En las instalaciones del Instituto Cervantes de Tel Aviv, con la inestimable colaboración de todo un equipo encabezado Carmen Álvarez y la presentación de Fernando Vara de Rey se inauguró la exposición.
Tres intervinientes más que notables como Jaco Zafrani (mítico jugador del Atlético de Tetuán), nuestro presidente Luis Fuentes y José Antonio Martín “Petón”, hicieron honor a su condición de grandes conversadores convirtiendo el coloquio moderado por Sal Emergui, corresponsal de El Mundo en la ciudad israelí y colaborador del diario Marca, en un acto reivindicativo de todos los valores que representa el equipo tetuaní.
El acto se cerró con la intervención de Avi Nimni , jugador israelí que llegó al Atleti el año después del doblete, que solo tuvo palabras de cariño y agradecimiento para el club y la afición.
Y ahora se preguntarán, ¿por qué el título de esta crónica? Pues porque fue durante la inauguración de esta exposición cuando “Petón”, refiriéndose no sé muy bien por qué a un partido que se ha jugado recientemente en Milán, pronunció ese término. Un término que define a la perfección a todos los atléticos seguidores del Atleti y del Cholo: resilientes. Porque nuestros colores están por encima de todo y porque nunca dejaremos de seguir al argentino por muy mal que se pongan las cosas. Tan simple como eso. (Animo desde aquí a los amables lectores a que tomen un diccionario al igual que hice yo y busquen el término en cuestión). Entenderán.
Volviendo a “Tetuán a Rayas”, no quiero despedirme sin destacar la calurosa acogida de la que fuimos objeto por parte de la representación diplomática española acreditada en Tel Aviv y personalizada en el embajador don Fernando Carderera, quien nos recibió con la elástica rojiblanca que en su día le regalara Lázaro Albarracín.
Vaya desde aquí nuestro agradecimiento a todos ellos: D. Fernando, Carmen, Esther, Deborah, Sal (seguro que olvido algún nombre y de antemano pido disculpas), por hacernos sentir como en casa.
Volveremos.