Los 50 @Los50Atleti
Como en cualquier colectivo o en la propia afición del Atleti, en Los 50 conviven diferentes opiniones sobre diferentes temas, entre otros los que atañen directamente al Club y al equipo. Esa pluralidad es precisamente uno de los rasgos identitarios de la Asociación.
En algunos casos los asociados se ponen rápidamente de acuerdo en un determinado tema, y la Asociación emite una nota de prensa u organiza un acto; por ejemplo, así fue a la hora de valorar si era oportuno hacer un homenaje a los veteranos que jugaron la final de la Copa de Europa de 1974 o a nuestro mítico equipo de balonmano de los 80. En otros casos, como el traslado al nuevo estadio, las opiniones no convergen con facilidad y entonces se opta por otras iniciativas. En el caso del traslado, que cuenta con partidarios y detractores dentro de la propia Asociación, se optó por organizar un debate público en el que todas las partes interesadas pudieran dar su punto de vista. El debate, por cierto, contó con la participación de todas estas partes y sirvió para exponer de manera razonada y exhaustiva los argumentos de unos y otros.
En el caso del nombre del nuevo estadio y nuevo escudo, de nuevo hay opiniones divergentes en Los 50. Normalmente estas opiniones se quedan en el seno de la Asociación para su debate interno, pero en este caso hemos decidido publicar algunas de las que han circulado internamente entre los asociados y también recoger en nuestra web los enlaces a los artículos publicados por miembros de nuestra asociación en diferentes medios de comunicación. Con ello pretendemos compartir parte de las cosas que se hablan en Los 50 y responder a algunos seguidores de nuestras cuentas en redes sociales, que nos han preguntado sobre el tema.
Todos los artículos han sido escritos por miembros de Los 50 y, si bien ninguno recoge la posición «oficial» de la Asociación (dado que no existe en este caso), todos son de interesantísima lectura para aquellos que quieran conocer diferentes puntos de vista sobre este asunto. Desde Los 50 agradecemos a los autores el compartir su punto de vista.
Pedro Simón
«De ese modo no» (El Mundo, 10 de diciembre de 2016)
«El escudo es al Atlético de Madrid lo mismo que el asiento de la cena de Nochebuena es al abuelo: un espacio que no se toca. Pueden tocar el grosor de las rayas rojiblancas de las camisetas, que el pantalón sea azul o rojo, el color de la segunda equipación, el nombre del delantero centro, pueden quitar la publicidad de Feymaco y Samayco, cargarse a los vendedores de la copita de coñac, no ponerle un busto a Manolo Briñas, dejar que Gárate haga cola para sacarse la entrada de Lisboa pueden llevarse las flores del córner de Pantic en un día muy gris de otoño. Pero lo que no pueden hacer es cambiar el escudo.»
Francisco José Estévez Hernández y Jesús Manuel Martínez Caja
«Primero se apropiaron del Club, hoy nos roban su identidad» (Vozpopuli, 10 de diciembre de 2016)
«El cambio de estadio no era necesario, hemos conseguido el top deportivo en el Vicente Calderón y gracias al Cholo ¿Acaso el Wanda Metropolitano asegura más? Nos vamos del estadio que levantaron con tanto esfuerzo y penalidades nuestros ancestros para ir a parar a un estadio llamado Wanda. Deplorable.»
Almudena Grandes
«Mi opinión sobre el nombre del nuevo estadio y el nuevo escudo» (para Los50.es)
«Si yo hubiera tenido que ponerle un nombre al estadio, le habría llamado Nuevo Metropolitano, con la marca comercial que fuera. El Nuevo se puede añadir en cualquier momento. Metropolitano es como podremos llamarlo todos»
«Respecto al escudo, estoy contenta de haber perdido el heráldico filito dorado. Se ha dicho que parece más un logotipo que un escudo, pero los escudos no son otra cosa que logotipos, y este me parece un logotipo muy bueno».
El Cholo nos pidió una vez que no consumiéramos, pero todos lo hacemos, y por eso se ha agrandado una polémica que medios como As y Marca han afilado y enconado como de costumbre. El caso es que, desde hace años, nuestro equipo y muchos otros juegan la Champions en estadios con nombre patrocinado y a nadie le había parecido ridículo hasta ahora. El City de Guardiola juega en el Etihad Stadium, el Arsenal en el Emirates Stadium, el PSV en el Phillips Stadium, el Bayern en el Allianz Arena, y así sucesivamente. Etihad y Emirates son marcas comerciales de los emiratos árabes, vinculados a monarquías absolutas de corte feudal, que mantienen a más del 50% de su población -todas las mujeres- sometida a un estatuto jurídico absolutamente injusto, que sería ilegal en Occidente, y que están ligados por lazos fraternales a la monarquía saudí, que no patrocina clubs de fútbol pero, según todos los indicios, es el patrocinador del ISIS. Emirates es también el patrocinador del Real Madrid, como sabéis. A partir de aquí, cualquier consideración ética o estética sobre Wanda y su trayectoria empresarial no debería hacernos sentir culpables, al menos mientras el fútbol siga sometido a la tiranía de las grandes corporaciones. Creo que todos desearíamos que no fuera así, pero no tenemos la posibilidad de evitarlo.
Es cierto que, en general, yo no soy conservadora, pero no me gustó nada la idea de dejar el Calderón, Una vez consumado el hecho, sin embargo, el nombre que me preocupaba era el de La Peineta. Mi preocupación no necesita explicaciones, pero me parecía un nombre difícil de superar y muy susceptible de crear memes sin cuento. Eso, como es obvio, ya no me preocupa. Si yo hubiera tenido que ponerle un nombre al estadio, le habría llamado Nuevo Metropolitano, con la marca comercial que fuera. El Nuevo se puede añadir en cualquier momento. Metropolitano es como podremos llamarlo todos, saltándonos ese Wanda que no nos gusta, algo que los seguidores del Arsenal y del Manchester City, del PSV y del Bayern, no pueden hacer. Por eso, y porque sé que pasado mañana, todos los equipos de España bautizarán sus campos con la marca de algún patrocinador y, como no son el Atleti -el convidado de piedra del liderato, el equipo modesto que ha dinamitado el bipartidismo Madrid-Barsa, el que se ha creído que es grande y ha conseguido serlo contra todos los pronósticos-, a todo el mundo le parecerá estupendo, me gusta el nombre que se ha elegido.
Hay algo más. Yo comprendo muy bien y apoyo de corazón a los opositores a la presidencia del Atleti, a los que se duelen de que el club no pertenezca a los socios y se declaran enemigos de los culpables de esa situación. Ellos que no se den por aludidos, por favor. Pero en los periódicos antes citados, he leído artículos y opiniones con un tufillo decididamente ajeno a lo que representa mi equipo para mí. El tradicionalismo y el elitismo nunca han tenido que ver con «mi» Atleti. Mi padre solía decir que mi abuelo decía que las gradas de Chamartín olían a colonia, en una época en la que la colonia era, obviamente, un artículo de lujo. Las del Metropolitano, no. El Atleti siempre ha sido un equipo popular, incluso el equipo de la chusma, en el mejor sentido de la palabra. Ese espíritu, de indudable grandeza en mi opinión, ha impregnado campañas publicitarias tan memorables como las del inmigrante andino que se hace colchonero -como Santi Roncagliolo- al comprender que no puede ser de ningún otro equipo, y la de la cabeza del Mono Burgos asomando por una alcantarilla de la calle Alcalá. El dinero siempre ha sido un problema para nosotros, y cualquier manera de conseguirlo, un camino lícito para competir con el presupuesto de los equipos perfumados. Yo creo que la dignidad, la identidad del Atleti, no tienen nada que ver con la pureza virginal de los que son ricos desde siempre y no necesitan mancharse las manos. Los millones de euros que aportará cada año una simple palabra, que nadie pronunciará, en la fachada del estadio, podrán servir para fichar jugadores, para subir sueldos, para evitar que el Madrid y el Barsa nos roben, a golpe de talonario, a las promesas de la cantera. Ya sé que no es mucho, pero todo ayuda. Y el Atleti no será menos auténtico por eso, al contrario. Yo creo que seguirá su propia tradición popular y plebeya, descarada e imaginativa, a contracorriente siempre. El dramatismo con el que se habla del himno en las redes tampoco representa un problema para los que nos sabemos de memoria, desde pequeñitos, el himno del Metropolitano, que se ha seguido cantando todos los domingos en el Calderón, por cierto. Exactamente igual que se seguirá cantando el actual en el futuro.
Respecto al escudo, estoy contenta de haber perdido el heráldico filito dorado, por razones vinculadas a las que he apuntado más arriba. Se ha dicho que parece más un logotipo que un escudo, pero los escudos no son otra cosa que logotipos, y este me parece un logotipo muy bueno. Que el oso sea macho o hembra, que mire hacia un lado o hacia el otro, me parece irrelevante. Mi opinión en este aspecto es menos firme que en lo que respecta al nombre del estadio, y sin embargo, desde que vi el escudo nuevo del Atleti, el del Madrid me parece una antigualla. Fijaos bien. Eso me gusta mucho más de lo que me duele haber perdido el verde del madroño, que es nada en absoluto. ¿Hacía falta cambiar el escudo? Quizás no. Y sin embargo, el nuevo es bueno, es moderno y es el de siempre, el oso/a, el madroño, el azul y las franjas rojiblancas.
Eso es todo. No aspiro a convencer a nadie, pero espero que, al menos, comprendáis que mi opinión no es un capricho infundado.
Juan Pedro Valentín
“Pánico a la división (a la segunda también)” (para Los50.es)
El sábado pasado durante el partido contra el Espanyol había un aficionado que se sentaba debajo de mi localidad y que se pasó todo el segundo tiempo increpando al Cholo: «Cagón, que eres un cagón. Te estás cargando el equipo por cagón». Estas y otras lindezas salían de su boca a voz en grito. Decía que venía desde Santoña a ver a su equipo del alma que ese gilipollas apodado Cholo estaba jodiendo. Pensé qué difícil es identificarse con tipos como este que comparten la misma religión que tú pero que tienen una visión tan diferente.
Ese mismo día asistimos a un tributo a Quique Sánchez Flores que a mí me pareció un poco exagerado pero que me emocionó y me hizo identificarme con una afición generosa y que tiene memoria, algo para mí muy importante. Es imposible estar absolutamente de acuerdo en todo con todos los que comparten tu misma religión, pero aprendemos a vivir en la discrepancia y qué duda cabe que cuando ganamos las discrepancias se ven menos.
De repente, cuando los resultados racanean, va y se anuncia lo que ya sabíamos todos: que el nuevo Estadio se va a llamar Wanda. Algo que avanza lo que ya sabemos: que en nada el Atleti será de Wang Janlin más que de Miguel Ángel Gil. Pero además anunciaron otras dos cosas: que el estadio se apellidaba Metropolitano y que el escudo se modificaba. Lo primero me gustó. Lo segundo, no. Lo vi innecesario, poco ilusionante en un momento ya difícil. Entiendo que sea más moderno, que pasemos a solo tres colores lo que abarata costes, etc. Pero creo que nos divide a los atléticos en un momento de transición polémica. Bastante traumático es dejar el Calderón, bastante bien lo estamos llevando, bastante hacemos con ilusionarnos con mayores ingresos que nos permitan mantenernos en la élite pese a sospechar fundadamente de la gestión. ¿A qué viene entonces meter una cuña que provoca división entre los atléticos de corazón en este momento? Lo dicho, innecesario en mi opinión.
Los 50 somos defensores de la historia y los valores del Atlético de Madrid. En mi opinión ni el traslado, ni el nombre del estadio, ni el cambio del escudo atentan contra la historia del club ni contra los valores que representa. Habla más bien del futuro, un futuro global en el que aquel fútbol que conocimos de niños se va difuminando. Un fútbol en el que los equipos se hacen a golpe de talonario, en el que manda más la capacidad de compra que el compromiso, en el que los socios opinamos en la grada y en las redes sociales pero no en las Juntas. Nuestra opinión vale como recurso al pataleo, pero las decisiones, acertadas o equivocadas, son inevitables. Incluso aquellas que han vulnerado la legalidad lo han sido, por más que un puñado de socios haya batallado contra ellas.
A mí lo que me da miedo es el fracaso. Me da pánico la división de la afición, que los jugadores y los técnicos se harten y empiecen a mirar a otros equipos mejor colocados económica y deportivamente, que los resultados sean adversos, que entremos de nuevo en la mediocridad de la búsqueda de los 42 puntos de la salvación, que nos ocurra lo que ahora le pasa al Valencia, algo que conocemos muy bien…
Ennio Sotanaz
“No me busquen” (Y los sueños…. sueños son, 11 de diciembre de 2016)
“No conozco a nadie que quisiera irse del Vicente Calderón. A nadie. Si das a elegir entre gastarse un dineral en construir un nuevo estadio o gastarse lo mismo (o menos) en arreglar el actual estoy seguro de que el 100% de mi entorno hubiese elegido la segunda opción. Es raro encontrar tanta unanimidad en algo.”
Luis M. Martínez
“El nuevo escudo: consideraciones de un diseñador” (Esto es Atleti, 14 de diciembre de 2016)
“Estos símbolos crean una asociación que se inicia con el aspecto visual y que acaba por trascenderlo. Como dijera Ovejero “el escudo se lleva en la piel“, Acabamos sintiéndonos plenamente identificados con ese diseño. En la mayoría de los casos, es un ‘logo’ que nos acompaña desde nuestra infancia, con toda la carga que eso implica.